Los dueños explotadores cómo un modelo de hacer negocios

"Los dueños explotadores como modelo de negocio" se publicó por primera vez en 2016. En los años transcurridos desde entonces, se ha convertido en uno de nuestros blogs más populares. Aunque las fechas son antiguas, muchos de los hechos siguen siendo los mismos. Este blog no trata sobre solo un dueño o una empresa. En su lugar, muestra cómo el sistema de arrendamiento se centra en los dueños, no a los inquilines. Por eso depende de nosotres garantizar que tengamos la vivienda digna y segura que necesitamos. Somos más poderoses juntes.


A finales de 2015, Maribel* llamaba semanalmente a Inquilinx Unidxs Por Justicia. La temperatura en su apartamento, en el piso sótano de su edificio, era tan baja que sus dos hijas pequeñas tenían que ponerse sus chaquetas de invierno para dormir. Maribel tenía problemas para dormir por la noche porque quería evitar que las cucarachas se caminaran sobre sus hijas mientras dormían. Entonces, el techo del dormitorio se desplomó. Llamó repetidamente a la empresa gestora, que siempre le decía que estaban de camino para solucionar el problema, pero nunca aparecieron.

El término "dueño explotador" se aplica a dueños como éste, que gestionan sus propiedades con la menor inversión posible, ignorando los problemas hasta que las plagas se vuelven incontrolables y el edificio se deteriora. Pero la frase "dueño explotador" significa algo más que "una manzana podrida en el barril de los caseros". En realidad, se trata de un modelo de negocio excesivamente rentable, que se utiliza en todo el país y que es ampliamente legal debido a la falta de protección de les inquilines y a que las leyes de vivienda existentes sólo se aplican de forma laxa. 

Incluso entre los dueños concienciados, las viviendas rentables se han convertido en un negocio inmensamente rentable en la última década. Los márgenes de beneficio del sector han aumentado en todo el país debido al desplome del mercado inmobiliario en 2008, que empujó a millones de familias a las viviendas rentables. Esta demanda ha permitido a los dueños aumentar la renta y triplicar sus márgenes de beneficio entre 2005 y 2015 (SNL Financial, investigación de MPF). 

El dueño explotador**, sin embargo, tiene márgenes de beneficio aún mayores. Para alcanzar estos beneficios, el dueño explotador utiliza algunas técnicas comunes: rentar a poblaciones vulnerables, establecer sistemas confusos de solicitud de reparaciones y fomentar una cultura del miedo entre les inquilines. Muchos dueños exigen las verificaciones de antecedentes para seguir la historia de renta, penales y de credito de les inquilines. Los dueños explotadores los utilizan para captar a inquilines vulnerables. A les inquilines se les puede negar la vivienda por no tener número de seguro social o por tener antecedentes penales, baja calificación crediticia o detención ilegal (el papeleo judicial que se presenta para desalojar a un inquiline y que aparece en su registro independientemente del resultado del juicio).  Además, muchos dueños exigen una prueba de ingresos, normalmente 3 veces la renta exigida, sin embargo la mitad de les inquilines del país pagan más del 30% de sus ingresos en la renta.

Como cada vez son más los dueños que se niegan a rentarles, les inquilines tienen cada vez menos opciones.  El dueños sabe que puede aprovecharse de esta situación, obligando a les inquilines a aceptar condiciones miserables a un precio superior. 

Maribel es madre soltera de dos hijas. En aquel momento trabajaba en una empresa de trabajo temporal. Sus ingresos eran difíciles de demostrar porque a veces tenía trabajo y a veces no. Maribel también está indocumentada, por lo que es difícil conocer su historia crediticia y penal. Uno de los pocos lugares que le rentó fue el dueño explotador, que la alojó a ella y a su familia en un edificio en ruinas, helado e infestado de cucarachas.  

Oficialmente, los dueños están obligados a realizar reparaciones, pero el dueño explotador elude fácilmente la ley haciendo casi imposible que les inquilines soliciten reparaciones. Maribel sabía por experiencia que si llamaba para informar de los problemas al único hispanohablante que trabaja en la oficina de la empresa gestora, el mensaje simplemente se perdería. 

La empresa sólo permitía que ciertes empleades registraron las solicitudes de reparación en su sistema en línea. Como sólo ciertes empleades pueden introducir solicitudes, les demás escriben las quejas en notas adhesivas. De algún modo, la mayoría de las notas adhesivas no llegan al sistema. Después de tres o cuatro intentos, la mayoría de les inquilines aprenden a no molestarse. Hemos hablado con cientos de inquilines que han vivido esta experiencia. Al igual que una pareja maltratadora, lo último que debe hacer el dueño explotador es aislar a les inquilines de cualquiera que pudiera ayudarles.

Amenazarán a les inquilines con el desahucio o incluso con la deportación por denunciar un problema al ayuntamiento; no son amenazas vacías. El dueño explotador aísla a les inquilines entre sí suspendiendo aleatoriamente los contratos de renta. Muches de les vecines de Maribel han sufrido rescisiones inexplicables de contratos de renta o directamente represalias: A Dolores, de otro edificio, le dijeron que le rescindieron el contrato por quejas de ruido que con frecuencia traían a la policía. Dolores tiene 52 años, trabaja de 6 de la tarde a 2 de la mañana casi todas las noches y ni siquiera tiene radio. Cuando Dolores llamó a la comisaría de policía local por las quejas, no tenían constancia de ninguna. Dolores cree que la despidieron porque denunció un robo en su edificio unos días antes. 

Cuando empezó a trabajar con nosotres, Dawn tenía miedo de llamar al ayuntamiento. Su vecine había llamado al ayuntamiento para pedir reparaciones después de que la empresa gestora le andaba con evasivas. El vecine tuvo mucho éxito con este método, pero unos meses después el dueños se negó a renovarle el contrato. Otra vecina, Danielle, llamó al ayuntamiento para denunciar de forma anónima que su dueño no había actualizado la licencia expuesta en su edificio. Cuando lo vio esa misma semana, le dijo que no le había gustado que denunciara el problema al ayuntamiento. Se negó a renovarle el contrato por un año, insistiendo en que lo hiciera mes a mes. 

Las represalias crean muchas viviendas vacías, pero el dueño explotador las llena porque se dirige a comunidades vulnerables: el modelo es autónomo. Un dueño explotador no opera en el vacío. Las normativas locales, estatales y federales legislan los términos y condiciones de los contratos de renta de viviendas. Estas normativas son claramente inexistentes, ya que el modelo de ser un dueños explotador se aprovecha de ellas con suma facilidad. No se trata de un problema insalvable; hay medidas que nuestras ciudades, estados y gobierno federal podrían tomar para modificar la situación. 

Sin regulación, el mercado capitalista incentiva al dueño explotador a explotar, abusar y desatender a les inquilines. Si les inquilines superan su miedo y toman medidas para mejorar sus viviendas, y si consiguen un acuerdo monetario, no es más que un gasto comercial para el dueño explotador. Nuestra ciudad ha permitido que los dueños explotadores sigan lucrándose con la miseria regulando insuficientemente el mercado y aplicando con displicencia su propio código de la vivienda. 

Todo este sistema permite al dueño explotador obtener enormes beneficios con un modelo que saca el dinero específicamente de las personas pobres. Sus prácticas empresariales, aunque censurables, siguen siendo legales en la práctica. El primer paso para encontrar una solución es darse cuenta de que el propósito de las viviendas de renta no subvencionadas y de propiedad privada es extraer dinero de muchos para beneficiar a pocas personas. Tenemos que construir con valentía alternativas al modelo del dueño para frenar la creciente ola de renta y proteger a las familias del dueño explotador.

*Todos los nombres de les inquilines que aparecen en este artículo han sido modificados para proteger su identidad. 

**Cualquier mención a un dueño en este blog no se aplica a una persona o empresa.

IX