Ahora somos una familia

Una conversación con José Cruz Guzmán sobre Cielo Sin Límites

José habla con dos vecinas en la oficina de la Cooperativa durante una reunión de. comité consultivo. César Atienzo tomó esta foto.

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En el corazón del sur de Minneapolis, se encuentran cinco edificios. Cada uno es distinto: Uno azul, otro hecho de ladrillo, uno largo, el otro pequeño. Situado cerca de una escuela, los edificios se funden con las casas circundantes. Si usted está conduciendo rápidamente, pudiera no darse cuenta de unas cosas: Niñes jugando en el césped, gente riendo en los escalones, girasoles creciendo en una huerta, un mural brillante que cuelga de la pared.


La Cooperativa Cielo Sin Límites nos recuerda lo que es posible cuando alcanzamos la raza, la clase, el género, y el lenguaje para formar las conexiones permanentes. José Cruz Guzman se reunió conmigo* para contar su historia de organizar contra el dueño Steve Frenz para comprar los cinco edificios. 


”Tengo una vecina aquí. Nos conocemos muy bien. Ella es mi comadre. Cuando no hay quién que cuide a los niños, ella dice “Voy a trabajar,” y mi mamá cuida de ellos. Recientemente un vecino me dijo, “Oye, se me fue la luz en el apartamento.” ¿Qué hice? “Haz que no te conectes a muchas cosas. Chequeo dónde está la caja de fusibles. Ok, voy a cambiar un fusible, y hasta otra vez no te preocupes.” 


Antes de comprar los edificios, antes de la lucha, eramos vecinos de cada edificio y de cada apartamento. Tal vez de vista, veas tu vecino de tu apartamento pero no nos conocíamos en sí, ni de nombre, ni platicar, nada. Cada quien su vida y ahora somos una familia. 


Las condiciones de los apartamentos estaban feas, deterioradas. Cuando yo entré el mío hace 12 años, la alfombra estaba muy dañada. Me dijo el dueño, “No te preocupes.” Entra al apartamento y cambié la alfombra. Las personas decían, “Steve Frenz, el baño.” Como treinta veces, pero nadie venía. Era frustrante. Escuché a muchos vecinos decir, “Eh, pago mi renta. ¿Por qué no van para reparar las cosas?” 


Queríamos quedarnos en los apartamentos pero no sabíamos cómo. Nos vamos acostumbrando a esta zona. Alrededor los apartamentos están muy caros. Teníamos miedo de ser desalojados si luchamos por lo que merecemos. Tendríamos que empezar otra vez, hacer aplicación para apartamento, para otra vez un depósito de renta, mover todo otra vez para otro lugar con nuevos vecinos en otros vecindario. Nosotros consideramos a estos buildings como nuestra casa, mientras que nuestro dueño solo estaba luchando por su dinero y por sus intereses personales. No es justo.

“Antes de comprar los edificios, antes de la lucha, eramos vecinos de cada edificio y de cada apartamento. Tal vez de vista, veas tu vecino de tu apartamento pero no nos conocíamos en sí, ni de nombre, ni platicar, nada. Cada quien su vida y ahora somos una familia.”

Pero empezamos a tener los meetings, las juntas con todos los vecinos. Empezamos a ir a la corte. Inquilinxs Unidxs nos ayudó con un abogado, con la accesoria para todos. Llegó un momento en que sí tuvimos que luchar para que no nos desalojemos, pero finalmente empezamos a tener conversaciones con Steve Frenz para comprar los edificios. Incluso se habló de venderlo a otra persona. Negociamos mucho.  “No quiero eso. Quiero más dinero.” Hasta el momento en que llegamos a un acuerdo. Se juntó con la pedida y vendió los buildings.


Si tuviera que aconsejar a mi persona en el pasado, lo diría que se vale tener miedo porque el miedo te hace seguir avanzando. Si tienes apoyo puedes seguir adelante para mejorar día con día. 


Ahora las cosas han cambiado, hay más paz y tranquilidad. Hay gente muy amable aquí. ¡Convives con gente de culturas diferentes, con otro tipo de comida, con buenísimas comidas! Para tomar una decisión importante, tratamos de reunir y escuchar todos los puntos de vista. Tenemos un grupo de WhatsApp. Si tenemos un problema, mandamos un mensaje y tratamos de solucionarlo. “Has estacionado en mi lugar.” “Lo siento. Voy a mover el carro.” Cosas así. Yo mando un mensaje, “¿Tienes aquí tomates? Voy a la tienda.” Tenemos que tener claro que no estamos solos. Siempre hay apoyo. Es vale decir, “No sé qué hacer. Ayúdame.”  

* Maria Bertrand trabajó detenidamente con José para escribir este artículo. Cualquier material citado está en las palabras de José. José revisó y editó el artículo antes de su publicación.

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